Extracto del Libro Negocios Verdes. Nueva realidad de los Negocios en el Siglo XXI: La conexión real con el desarrollo sostenible.
El eslabón perdido del desarrollo sostenible
La humanidad lleva más de 30 años en la búsqueda de una
ruta que conduzca al desarrollo sostenible,
la suma de todos esos esfuerzos ha desembocado finalmente en un sendero,
el cual los negocios deben ser amigables con el ambiente, y con ellos todo la
dinámica existencial lo será.
En la década pasada apareció en un comercial de la Televisión
Internacional la imagen de un Ingeniero de la SHELL, que contaba su experiencia
y parafraseándola era algo como: Los
combustibles fósiles no pueden seguir siendo la fuente de energía del planeta,
es necesario, extraer la energía de fuente renovable y más amigable con el
medio ambiente. Sigue comentando- el
ingeniero- algunos me han llamado Loco, Hippie, Soñador, Utópico; pero finaliza
diciendo: “Últimamente me llaman Gerente de Proyectos de SHELL. ¿Qué es lo se menciona aquí? Es la realidad
de un negocio que no solo cubrirá el mundo por los siguientes años, sino por
los siguientes siglos. A saber, los
negocios verdes.
La referencia a los negocios verdes nos aproxima a toda actividad
productiva que genere ingresos por la promoción, protección, recuperación,
asesoría y demás acciones que privilegien al medio ambiente y sus actividades
conexas; o como lo llama Eduardo Moraga (2007), el “negocio de las exigencias ambientales”[i],
Jesús Moreno (2007), los denomina “negocios
con éxito sostenible.[ii]”
El tema de los negocios verdes cuando se estudia con mentalidad
prospectiva genera grandes expectativas; por su conexión directa con el
desarrollo sostenible, de hecho es la columna vertebral de cualquier programa
duradero de desarrollo sostenible.
El desarrollo sostenible es aquel que crea las condiciones para que
vivir sea bueno, ese desarrollo que no es coyuntural, es decir que puede
mantenerse en el tiempo, que genera estabilidad social, crea sentido de
pertenencia y amor por la existencia y todo lo anterior se traduce en una forma
de vivir dignamente respetando la naturaleza y todos sus seres, tratando de
generar el mayor y mejor valor agregado de una porción de recursos que se
utiliza, sintiendo que si no se hace esto se está traicionando la existencia de
nuestra generación y de las sucesivas.
¿Pero por qué se hizo tanto énfasis en el desarrollo sostenible
partiendo de lo ambiental? ¿Será porque se creyó que lo demás ya estaba
resuelto y solo faltaba por resolver lo ambiental? se hizo énfasis en lo
ambiental pensando en que esto permeara lo económico.
En el desarrollo sostenible está inserto lo ambiental (necesariamente),
lo social, económico y demás aspectos; es integral y holístico, pero la razón
por la cual se hizo énfasis en lo ambiental, es ésta: “viabilidad de lo demás”. Sin proponérnoslo definimos esto así, porque
(lo ambiental y sus beneficios) eran la única opción de desarrollo viable a
futuro.
Los países en desarrollo tienen en el desarrollo sostenible una
alternativa plausible; porque este
constituye una carta de navegación para vivir en los escenarios del siglo XXI,
donde los recursos naturales que tanto estima el desarrollo sostenible serán
altamente valorados.
“Los líderes de las grandes
corporaciones globales coinciden en que los retos más importantes que tendrán
que enfrentar durante el presente milenio estarán asociados a la sostenibilidad ambiental. Así mismo, muchos analistas predicen una
revolución de recursos, donde la eficiencia financiera no será en único
indicador de progreso de las Naciones del Mundo y el criterio de efectividad de
las economías no será determinado por las bolsas de valores o las reservas
monetarias, sino por la calidad de su capital natural” (Gianni López,
2002).
Por otro lado los ecoproductos referidos a bienes y servicios con ventaja ambiental han
conquistado el mercado y han llegado para quedarse. La revista fórum de
comercio internacional nos comenta: “Apenas conocido por el gran público, el sector de
las tecnologías, productos y servicios ambiéntales ha alcanzado en 20 años un
tamaño comparable al de las industrias
aeroespacial y farmacéutica, con una cifra de negocios de unos US$ 450.000
millones en el año 2000. En el 2010, dicha
cifra debería ser de US$ 640.000 millones. De ese total más del 15%
corresponderá a los países en desarrollo
y emergentes”[iii].
(Las negrillas son énfasis del autor)
Claro está que esta referencia al desarrollo sostenible como una
redención para los países pobres solo puede ser concebida como aplicable toda
vez que su esfuerzo por construir ese desarrollo esté respaldado por su capital
natural y la cualificación del recurso humano, en procura de lograr valor
agregado, innovación y competitividad.
El desarrollo sostenible no es tan fácil alcanzarlo. ¿Será desarrollo sostenible, las acciones que
conllevan a generar contaminación, pobreza de los demás pueblos, dependencia y
efectos que amenazan la existencia de las demás naciones para sostener un
modelo de desarrollo que los hace ricos?
“Se calcula (Kyoto, 1997) que la producción de carbono promedio por cada
habitante de la tierra no debería superar las 0,4 toneladas anuales (cifra
alcanzada por los hindúes). Sin embargo,
la producción por habitantes de Estados Unidos de Norteamérica fue de 5,4
toneladas anuales en 1996” .
Estas condiciones ponen en evidencia un desarrollo a expensa de los
demás; en el cual unos ganan otros pierden, es decir, el desarrollo suma cero;
pero el desarrollo sostenible es equitativo previendo que nuestro bienestar
presente y futuro no debe excluir el bienestar de los demás, no sea que la
condición de pobreza, atraso y deficiente calidad de vida de los demás también
llegue afectar el ambiente donde vivo (efecto boomerang); en consecuencia, el desarrollo sostenible
tiene en cuenta que la tierra es un lugar en donde están tejidas relaciones de
madre e hijos, y cualquier efecto adverso a alguno de sus hijos es directamente
proporcional a la familia y afecta las relaciones.
El desarrollo sostenible es contrario a la asimetría económica y social
que vive el mundo, por eso alcanzarlo es tan difícil, pues supondría un cambio
de modelo en los en los países y en el mundo.
Pocos países están en condiciones de ceder ante estas posiciones;
podemos citar el caso de la Ronda de DOHA que es un intento por acercarse a la
equidad internacional en el comercio y el medio ambiente, ha sido repetidas
veces bloqueada y boicoteada.
Las últimas reuniones sobre impacto planetario de la acción antrópica, así
como las alternativas para crear herramientas económicas y de mercados para
contribuir en la solución del grave daño ambiental, han sido repetidas veces
obstaculizadas y han terminado en fracaso, ello fue evidente en las cumbres de Copenhague
y Cancún, igual suerte corrió RIO + 20, en
esta última por lo menos hubo algo rescatable; la propuesta de Colombia de
sentar unos indicadores base para medir el avance en economía verde y
desarrollo sostenible.
Así las cosas, la dinámica aún tiene sus detractores y en tal sentido,
es preciso sentar dos posiciones:
El desarrollo sostenible tiene dos dimensiones para
ser medido: Una Mundial y una Local.
Para ser coherente con el desarrollo sostenible, debe
cambiarse el modelo de hacerse ricos que tienen los países, las empresas y los
individuos.
En la primera posición es necesario indicar que un país no puede
proclamar su desarrollo (local) sostenible cuando el logro de este desarrollo
supuso el detrimento de otros países, y afectó negativamente el tejido social,
ambiental, cultural y económico del desarrollo (mundial) de otros países. Pero sin embargo, algunos proclaman su
desarrollo sostenible y generan los índices sesgados y conveniente a sus
intereses para validar lo que suponen es desarrollo sostenible.
Cuando el desarrollo de un país, privilegie la equidad en su interior y
al mismo tiempo propenda por el bienestar de los demás países sin afectar
negativamente su tejido social, económico, cultural y ambiental, es allí cuando
podemos hablar de desarrollo sostenible.
Pero en un mundo donde las tesis Darwin después de ser vapuleadas por
los científicos creacionistas, hallaron refugio en los empresarios y capitalistas
a ultranza, es muy difícil hablar de equidad y justicia; el Darwinismo social y
económico es la religión de los países ricos y los conglomerados económicos, “en la
evolución actual solo sobreviven las especies que se adaptan” y ¿Quiénes se
adaptan? Pues claro, aquellos que tienen el control de los medios estratégicos
de producción. La globalización y su
vehículo más predilecto, el capitalismo salvaje, es la teoría de Darwin
aplicada al “desarrollo” mundial, y que dice: Hay una lucha por la existencia; “sea
competitivo” (adáptese, sino desaparezca), y ¿quiénes pueden ser competitivos?,
pues aquellos que controlan los medios estratégicos de producción mundial y ¿es
que los demás no tienen derecho a existir, en razón de su condición humana?,
responde Darwin, pues en la selección actual, solo sobreviven las especies que
se adapten, no importa si, tiene derecho a existir o no, el asunto aquí no es,
de derechos, sino de existencia en razón a la posibilidad de adaptarse a las
condiciones.
En medio de este panorama, el desarrollo sostenible aparece con un nuevo
discurso, más humano, diciéndonos que tarde o temprano la madre tierra pasará
la cuenta de cobro por los excesos e inconsecuencia que se cometen dentro de
ella, también, quiere decirnos que el mundo es un sistema, y forma una cadena,
que no puede ser más fuerte que su eslabón más débil; que las miserablezas que
el primer mundo ha generado en el tercer y cuarto mundo, pronto se devolverán
hasta allá.
Resulta aquí muy pertinente este comentario “dentro del primer mundo se ha instalado ya un tercer mundo de
desposeídos sin techo enfermos, ancianos y desempleados… en tanto que cada País
del tercer mundo tiene su propio primer mundo de privilegios y acceso a la
cultura portátil y al universo veloz de la modernidad” (Carlos Fuentes,
1992).
¿Será que la balanza se inclinará a favor de la aparición de un mayor número
de acaudalados y ricos en todos los países del mundo?, pues sencillamente no,
las tendencias nos dicen que cada día la riqueza se concentra (Aníbal Ford,
1999).
Los males sociales no solamente afectan a los países pobres sino que a
la par con la globalización económica también ha llegado la globalización de
otros componentes. Los componentes tipo
exportación hoy son: La pobreza, el cambio climático, el narcotráfico, el
terrorismo en todas sus manifestaciones, la corrupción, la mendicidad. El desarrollo tal como fue concebido por el
primer mundo tiene una enfermedad que ha desencadenado y seguirá desencadenando
otras enfermedades sociales de imprevisible dimensión.
Llegó pues el momento de sentarnos a repensar el mundo y la
existencia. Quizás no sea demasiado
tarde para razonar que podemos vivir dignamente y crear armonías posibles entre
ricos y pobres. Lo anterior supone unas negociaciones que privilegien la
transparencia, la dignidad humana y el respeto por la persona humana.
La concepción del desarrollo sostenible debe poner de relieve que la
forma de hacerse ricos que tienen muchos países y empresas es incoherente;
históricamente el saqueo de recursos en diversos países, la instalación de
estructuras de poder capaces de distorsionar la dinámica económica de los
países pobres y ponerlas a favor de los países ricos, ha afectado
ostensiblemente las sociedades del tercer y hasta del cuarto y quinto mundo, en
unos grados de pobreza y dependencia que degradan su dignidad; lo anterior
impone la necesidad de exigir que la
negociación de los recursos genéticos, y los bionegocios en general, se hagan
tomando como base el factor ético y ambiental; es necesario que se imponga el imperativo del comercio ético, del
comercio con justicia en una dinámica que vaya más allá de la rentabilidad a ultranza.
Los negocios verdes son una realidad posible que tienen - los pueblos
pobres con capital natural, para capitalizar oportunidades y derivar grandes
negocios a partir de nuevos materiales, nuevos insumos y nuevos usos aplicados
a la creación del producto. En este aspecto es preponderante la innovación y la
prospectiva como elementos que proyectan la acción del hombre anticipando la
creación de nuevos productos para nuevas realidades.
La prospectiva, toma como punto de partida el argumento, según el cual el futuro no está
escrito en ninguna parte, hay que crearlo, dibujarlo, soñarlo, pintarlo y construirlo
desde el presente. El futuro no es
aquello que esperamos, es aquello que hacemos hoy.
El futuro está por hacer, es múltiple y podemos influir en él, no
importa desde donde lo hagamos, ya sea partiendo de lo posible o de lo
probable, lo que importa es que acciones emprendemos para lograr lo deseado.
Por eso llama la atención lo que dice Merello Agustín (1973) “… La prospectiva
pretende construir el futuro, así anticipa la configuración de un futuro deseable;
luego de ese futuro imaginado reflexiona sobre el presente con el fin de
insertarse mejor en la situación real, para actuar más eficazmente y orientar
nuestro desenvolvimiento hacia ese futuro objetivado como deseable”, la prospectiva se propone entonces hacer el
futuro deseable más probable que los otras opciones de futuro.
Para algunos parece una utopía, pero en palabras de Anatolle France
(1924) “La utopía es el comienzo de todo progreso y el diseño de un futuro
mejor”. “Las realidades de hoy son las
utopías de ayer” (Juan Pablo II). ¿Para
qué sirve la utopía? “Yo
también me lo pregunté siempre, porque siempre ella está en el horizonte; y si
yo camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Y si yo me acerco diez pasos,
ella se coloca diez pasos más allá. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve,
para caminar”. (Benedetti, 1997).
Hay un entorno propicio para el desarrollo de los negocios verdes, el
SIGLO XXI será el siglo de los negocios amigables con el ambiente. Si el futuro
está por hacer más vale que lo hagamos de manera sostenible. Algún día a todos
los negocios les será exigibles su amistad con el ambiente; el tema ambiental,
y sus implicaciones en las empresas y las relaciones de intercambio industrial
y comercial ya ocupa las agendas de universidades,
gobiernos, ONG, grupos políticos, cine, la televisión, la Internet y un
sinnúmeros de escenarios donde convergen desde el más humilde pensador hasta el
gran científico de la NASA. El día llegará y está ante nosotros, no habían
transcurridos 12 años de inicio del Siglo XXI y ya los premios Nóbel de Paz,
son aquellos que ponen el alto relieve el tema ambiental y se preocupan porque
la agenda del desarrollo sea aquella que incorpore el elemento ambiental. No
estamos lejos del día cuando los premios Nóbel de economía sean aquellos que
validen las teorías de los negocios verdes en un entorno cambiante a favor de
la vida y la sostenibilidad del planeta.
Según John
Doerr[iv]“…2000 millones de personas en el mundo aún no
tienen luz. Afirma John Doerr (2007) que China se había propuesto para el año 2010 obtener un 15% de
su energía de fuentes renovables. La magnitud de la oportunidad es colosal.
¿Quién proveerá la tecnología para reducir el costo de la energía solar o
eólica, que las ponga finalmente al alcance de la mayoría de los consumidores?”[v]
Los negocios verdes, es decir aquellos amigables con el ambiente, ya
están aquí; llegaron para quedarse, ya son una realidad; según Eduardo Remolins[vi]
“… los capitalistas de riesgo
norteamericano invirtieron, en el año 2005, US$ 1.600 millones en tecnologías
limpias, un 35% más que en 2004, ya no
es una elección de ser rentable o verde, hay que ser las dos cosas”. Esto
confirma la base del discurso del desarrollo sostenible que se pretende
instrumentar a través de los negocios
verdes; a saber, negocios/empresas viables económicamente, aceptables
socialmente y sostenibles
ambientalmente. Reviste importancia, la predicción oficial de la empresa
Unisys en el sentido de que “la estandarización de la TI (tecnología de
información), los retos del acceso al servicio y los requisitos “verdes”
dominarán el outsourcing…; agrega
Unisys en su predicción que los
centros de datos con conciencia ambiental basados en tecnología
"verde" proliferarán a través de todas las industrias”[vii].
Santiago Vilanova (2004) prevé que “en
los países más ricos, Estados Unidos, Japón, y Alemania, una de las fuerzas más
importantes de su economía será la lucha contra el deterioro ambiental. Otro
efecto positivo del nuevo será la expulsión de la circulación de las políticas
ambientales deficientes. Los grandes lobbies del sector automovilístico,
químico, agroindustrial, energético o farmacéutico, deberán estudiar
adecuadamente sus inversiones si quieren progresar. Los servicios ambientales
acabarán siendo cotizados en la Bolsa de Wall Street como antaño lo fueron las
acciones de las sociedades más contaminantes[viii]”.
En la
actualidad el mercado verde se mide en miles de millones de dólares: Una
encuesta de 2010 de PYME industriales realizada en Reino Unido muestra que el
56% ya están invirtiendo en estrategias y tecnologías bajas en carbono. El
mercado mundial de productos bajos en carbono alcanza ya un valor estimado de
más de US $ 5 billones de dólares y sigue creciendo[ix].
Cuando en la economía fluya a toda prisa la corriente de bienes y
servicios con atributos ambientales entonces sabrá el mundo cuanto beneficio se
habría estado perdiendo, para entonces la raza humana quizás tendrá más
esperanza de vida al nacer, y aumentaran los periodos de longevidad. No es
posible hablar de implementar el desarrollo sostenible si los negocios siguen
siendo convencionales, falta un eslabón; en muchas agendas económicas aún hay relictos
de pensadores y críticos que se resisten a aceptar esta realidad;
definitivamente sin negocios verdes, no hay desarrollo sostenible, por eso este
libro plantea que los negocios verdes son el eslabón perdido del desarrollo
sostenible. Conectar este eslabón (negocios verdes) con el resto de
variables socioeconómicas es la clave para el desarrollo sostenible, lo demás
son buenas intenciones.
[i]
Harry Clark, gerente de Cambio
Climático y Medio ambiente de Agresearch, de Nueva Zelandia, disponible en www.ricardoroman.cl/content/view/54665/Nueva_Zelandia_el_negocio_de_las_exigencias_ambientales.html.
consulta realizada el 11 de Diciembre de 2007. particularmente no es un término
con el que esté de acuerdo, sin embargo, pone de manifiesto la existencia de un
negocio entorno a lo ambiental.
[ii] V
Conferencia internacional sobre responsabilidad social de la empresa 9 – 11 de diciembre de 2007 hotel Camino
Real, ciudad de Guatemala
[iii]
Revista Fórum de Comercio Internacional, Febrero de 2001, págs. 3-6.
[iv]
John Doerr, es un importante capitalista de riesgo en complejo industrial
Silicón valey en Estados Unidos., es una voz autorizada en emprendimientos
modernos.. la referencia está basada en una consulta realizada en
[v]
Citado en el blog de Eduardo Remolins. www.enpiyama.wordpress.com
[vi]
Disponible en:
http://enpiyama.wordpress.com/2007/10/08/negocios-locales-en-mercado-libre/
[vii]
http://www.ciberespacio.com.ve/site/p_detalle_evento.asp?id_evento=8538&id_submodulo=22
[viii]
VILANOVA, Santiago en: Empresarios Verdes para un planeta azul, editorial
BLUME, Barcelona, 1994, Pág. 22.
[ix]
w w w . o e c d . o r g / i n n o v a t i o n / g r e e n / to o l k i t - consultado el 4 de noviembre de 2012
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